


Clase 1
Preguntas frecuentes

Esta sección consta de material tomado de un antiguo blog donde se repondían las preguntas más frecuentes sobre las 5 Leyes Biológicas. Veamos la introducción de su autor:
"Me gustaría analizar algunas de las frases, pensamientos e ideas, que surgen en la mayoría de las personas que aprenden por primera vez algo sobre las Leyes Biológicas. En algunos casos por una mala comprensión del tema, derivada de una deficiente explicación o de una lectura o reflexión superficial sobre el asunto o del prejuicio inducido a propósito por las falsedades, omisiones selectivas, medias verdades o tergiversaciones inteligentemente vertidas en algún artículo propagandístico. Espero aportar algo de luz sobre el tema".
Este material ha sido revisado y rectificado por la Escuela de las Leyes Biológicas en cuanto a contenido técnico, vocabulario y forma.

1) "Lo que Hamer ha descubierto es extraordinario y demuestra que la enfermedad es una enseñanza, un maestro, algo que Dios pone en nuestro camino para evolucionar y crecer espiritualmente".
Estas afirmaciones, aunque efectuadas de buena fe por partidarios de las Leyes Biológicas, son incorrectas tomadas literalmente y más específicamente, no se relacionan con las Leyes Biológicas ni con su contenido científico, lo que se evidencia con las siguientes razones:
a) Las Leyes Biológicas no son una religión. Por lo tanto, no se refieren a los temas de la espiritualidad o la trascendencia del ser humano, por más importantes que estos sean para muchas personas. Sus bases están en la Biología evolutiva, no en la Teología.
b) En las Leyes Biológicas la "enfermedad" tiene un sentido biológico, que se explica si se toma en cuenta la evolución de los seres vivos, sus necesidades biológicas, la forma de satisfacer esas necesidades y los comportamientos asociados a su satisfacción. Por ejemplo: un tiburón tiene un comportamiento innato que le permite satisfacer sus necesidades específicas; la no satisfacción se expresa en los síntomas y signos del SBS, en relación con el conflicto biológico.
Eso es todo. Si alguien quiere ver allí la mano de Dios, Yaveh, Jehová, de la Inteligencia Universal, de la materia, etc. es asunto personal de cada quien y en última instancia un asunto filosófico existencial, no tiene que ver con las Leyes Biológicas como ciencia empírica. De allí que no tiene sentido rechazar las Leyes Biológicas por motivos religiosos ni existenciales.
Desde un punto de vista humano, se podría considerar que la "enfermedad" ha sido una lección positiva para determinadas personas en algunos casos. Hay quienes después de pasar por algo grave de salud, su vida cambió para bien y consideran lo sucedido como un "maestro", como una situación que agradecen porque les dio muchas enseñanzas.
Este fenómeno es ciertamente muy interesante y debería ser estudiado por psicólogos, médicos y hasta por filósofos. Quizás, desde una visión humanista y ética, sea deseable que la "enfermedad" ayude a reflexionar a la persona sobre aspectos de su vida que antes daba por descontado, ya que mucha gente reflexiona solo cuando pasa por momentos difíciles, no en el día a día.
Personalmente, soy partidario de aprender constantemente de los problemas y desafíos de la vida, de la índole que sean y de mantener siempre una actitud de reflexión y autocrítica que nos ayude a ser cada día mejor con nosotros mismos y nuestros semejantes.
Pero la anterior reflexión; por muy humana, digna y necesaria que sea, en nada se relaciona científicamente con las Leyes Biológicas, ya que aquí no se consideran los procesos biológicos como un maestro divino, sino solo se explica el origen conflictual y lo que se debe resolver. Si la persona considera que eso es una oportunidad de crecimiento que le dio Dios, pues bien; eso ya es una cuestión personal, de filosofía de vida, de actitud espiritual ante el mundo, que incluso puede darle fuerzas y fe para participar activamente en su desarrollo. Pero no es indispensable esta creencia para comprender y aplicar las Leyes Biológicas.
En otras palabras y para ser más explícito, lo anterior no significa que los asuntos filosóficos, religiosos, metafísicos o existenciales no sean importantes o relevantes. Por el contrario, considero que la reflexión filosófica es parte inherente del ser humano y la creencia existencial o metafísica en Dios, sea que se fundamente desde la razón o desde la fe, como hacen la mayoría de las personas religiosas o la no creencia en Dios, es un tema personal y una opción existencial individual muy íntima que cada quien es libre de adoptar, según su propia conciencia y filosofía de vida.
Nada de esto afecta la existencia y actuación de las 5 Leyes Biológicas, que pueden ser comprobadas empíricamente y reproducidas científicamente, no mediante discursos retóricos, filosóficos o reflexiones metafísicas.
2) "¿Están las Leyes Biológicas en contra de las estadísticas? ¿Por qué las critica tanto el Dr. Hamer?"
No estamos en contra de las estadísticas, sino de las manipulaciones que con ellas se hacen en la Medicina Oficial. Las estadísticas son una rama de las matemáticas, que bien usadas permiten hacer inferencias útiles usando para ello el cálculo de probabilidades; pero en sí mismas no nos dicen mucho si no existe una teoría de fondo que permita interpretar los datos; por lo que si esa teoría es equivocada, las conclusiones e interpretaciones basadas en ella usando las estadísticas probablemente también serán equivocadas.
Ahora bien, dado que tenemos 5 Leyes Biológicas que son reproducibles y contrastables en todos los casos, no tiene sentido usar estadísticas para establecer relaciones causales. En otras palabras, donde la relación de causa-efecto es reproducible en el 100 % de los casos, no tiene sentido el empleo del cálculo de probabilidades y de las estadísticas para establecer la causa del fenómeno. Si se postula que A causa B en todos los casos, ¿qué sentido tiene preguntar qué probabilidad hay de que A cause B?
Por otro lado, esta relación causal directa y precisa permite también su eventual refutación, si se consigue un caso exhaustivamente investigado en que A no cause B. De allí que la contrastación empírica (verificación o refutación) solo puede hacerse mediante un estudio exhaustivo, riguroso y completo de cada caso y no mediante retórica, estadísticas o especulaciones teóricas o filosóficas.
3) "¿Qué visión se tiene en las Leyes Biológicas sobre otras terapias y propuestas alternativas?"
Es importante comprender que en la actualidad existen 3 tipos de medicina:
a) La Medicina Oficial: es la medicina oficialmente reconocida. Se basa en hipótesis y no ha descubierto ni una sola ley natural aplicable a las llamadas "enfermedades". Las únicas leyes naturales que conoce son provenientes de otras ciencias autónomas y auxiliares, como la Química, la Genética o la Física. Pero la Medicina Oficial, como "ciencia", no ha descubierto por sí misma ninguna ley propia. No conoce la causa de la mayoría de lo que llama "enfermedades", salvo las causadas por traumatismos, envenenamientos y carencias nutricionales extremas y se basa en estadísticas para establecer relaciones causales (factores de riesgo). Confía dogmática y acríticamente en las revistas médicas y no es comprobable ni refutable en casos individuales. Toma en cuenta principalmente los órganos, y descarta (o minimiza) la influencia de la psique y del cerebro.
Sobre las revistas médicas hay que decir que es una actividad habitual en ciencia la publicación de investigaciones en revistas especializadas, ya que eso permite dar a conocer los trabajos y que sean sometidos a escrutinio científico por otros investigadores, que es lo que se denomina "revisión por pares o "peer review". Esta actividad tampoco se debe entender ingenuamente o de forma acrítica, sobre todo tomando en cuenta que existen estudios experimentales que demuestran cómo el prejuicio de los "revisores" afecta lo que se publica o no en las revistas científicas; y cómo algunos sesgos y errores de las revistas más prestigiosas pueden dar resultados engañosos o equivocados. Los expertos también se equivocan y el consenso mayoritario no es garantía de verdad, sobre todo cuando se produce sobre la base de un paradigma falso o incompleto.
Por otra parte, no siempre la motivación de los científicos es exclusivamente la búsqueda de la verdad, sino que muchas veces también lo es la búsqueda de prestigio, financiamiento, reconocimiento, etc., algo que propicia frecuentemente el fraude científico dentro de la medicina.
Estos hechos deben hacernos muy críticos de los "consensos científicos" como criterio absoluto de la verdad, especialmente en el área de la medicina donde existe una gran influencia de la industria farmacéutica, que no son organismos de beneficencia, en el financiamiento de estudios científicos a favor de ciertos medicamentos, lo cual crea serios conflictos de intereses y promueve el delito y la corrupción de la medicina. Situaciones que no son nada propicias a la búsqueda desinteresada de la verdad, que debería ser el norte de la ciencia.
b) Las medicinas llamadas alternativas o complementarias: en este concepto se incluyen todo tipo de terapias, técnicas y procedimientos no aceptados por la Medicina Oficial. Existen muchos tipos, algunas totalmente incompatibles y contradictorias entre sí, que van desde prácticas inverosímiles como la fe hasta propuestas más plausibles como la fitoterapia.
Comparte con la Medicina Oficial el hecho de que no conoce ni una sola ley natural que pueda contrastarse empíricamente. Acepta muchas de las hipótesis de la Medicina Oficial, como la de las "metástasis" y añade algunas suposiciones adicionales según el tipo de medicina, como por ejemplo: la existencia del "cuerpo energético".
Como aspecto positivo, la mayoría de estas terapias tienen una visión holística o integral, ya que toman en cuenta el estilo de vida, el psiquismo, y otros factores descartados por la Medicina Oficial. Esto hace que sean consideradas más humanas.
c) Las Leyes Biológicas: son reproducibles y científicamente contrastables en cada caso individualmente. Considera la llamada "enfermedad" como un proceso que se entiende a la luz de la evolución de los seres vivos y que tiene sentido biológico (finalidad) que es necesario comprender.
Los que las estudian no deberían aceptar dogmas de ninguna especie ni arrodillarse reverencialmente ante las últimas hipótesis publicadas en revistas médicas, aunque se tomen en cuenta con prudencia y se examinen con sentido crítico, sobre todo tratando de contrastar la verdad con la experiencia clínica. Se aceptan todos los hechos científicos, rigurosamente comprobados por cualquier ciencia empírica, aunque se puedan cuestionar y criticar las hipótesis que se formulen para explicarlos y derivar todas las conclusiones obtenidas del estudio exhaustivo de cada caso en los 3 niveles (psique-cerebro-órgano).
Las 5 Leyes Biológicas deberían ser la base de toda terapia, ya que ninguna puede funcionar al margen o en contradicción con las leyes de la naturaleza. Esto significa que cualquier tipo de terapia, cuya eficacia haya sido comprobada clínica o experimentalmente, puede ser usada siempre que se tome en cuenta el contexto de las 5 Leyes Biológicas, ya que de lo contrario se estaría actuando ciegamente al desconocer el proceso integral que se desarrolla y determina su curso evolutivo.
4) "¿Qué pruebas científicas avalan las Leyes Biológicas? Mi doctor dice que no hay evidencias científicas a favor de ellas y que no están oficialmente reconocidas".
Una cosa es la evidencia científica (que se obtiene aplicando el método científico al objeto que se quiere estudiar) y otra cosa es la aceptación o reconocimiento oficial de una teoría por parte de la comunidad científica. Por supuesto, lo lógico e "ideal" sería que la comunidad científica aceptara las teorías en función de la evidencia científica; pero no siempre es ese el caso, como veremos. Teniendo en cuenta esta distinción, que no es evidente para todos y mucha gente la confunde, incluyendo científicos, se puede afirmar que hay evidencia científica a favor de las Leyes Biológicas, aunque no estén todavía reconocidas oficialmente por la comunidad científica.
De esta distinción entre evidencia científica de una teoría y su reconocimiento o no por parte de la comunidad científica (distinción que es sutil, pero crucial) se deduce lo siguiente:
1) Es posible que una teoría sea correcta y que haya evidencia científica que la respalde, pero a pesar de ello no sea aceptada o reconocida oficialmente por la comunidad científica e incluso que sea violentamente rechazada. Algunos ejemplos históricos lo prueban:
a) El caso de Alfred Wegener, geofísico y meteorólogo alemán, quien formuló una teoría de la deriva continental y fue rechazado y repudiado en su momento por la comunidad científica. En un artículo se señala: "La teoría fue recibida de manera uniformemente hostil y en ocasiones incluso violenta, en buena parte por la inexistencia de una explicación convincente sobre el mecanismo de la deriva continental en sí. A partir de 1950, las ideas de Wegener ganaron rápida aceptación gracias al desarrollo de las modernas técnicas de exploración geológica, en particular del fondo oceánico. Reformulada a partir de recientes descubrimientos, la teoría de la deriva continental se encuentra hoy totalmente consolidada".
¿Qué puede llevar a una comunidad de científicos a recibir de manera "uniformemente hostil y violenta" una teoría alternativa que demostró ser correcta? ¿No es la función de un científico buscar la verdad, así sea contraria a sus prejuicios o a sus teorías firmemente establecidas? Se podría pensar, que dado que no existían las técnicas modernas de exploración geológica, era explicable la actitud de estos científicos. Sin embargo, eso no justifica actuar de forma "hostil y violenta" (conducta bastante anti-científica), ya que si no hay suficiente evidencia de algo, lo razonable es dudar de ello (suspender la opinión) e investigar a fondo para confirmar o refutar la teoría y no rechazar dogmáticamente y de manera agresiva o usando tácticas anti-científicas (retórica, juegos de palabras, trucos semánticos, propaganda, manipulaciones, intimidaciones, insultos, etc.) la teoría alternativa en cuestión o a sus defensores científicos.
La soberbia, el prejuicio y la creencia ciega y acrítica en que se posee siempre la verdad y la razón en ciertos asuntos, tiende a generar actitudes intolerantes y fanáticas que son ajenas al noble y humilde ideal de la ciencia de buscar permanentemente la verdad, sea cual sea. Esto incapacita emocional e intelectualmente a la persona para reconocer y ponderar objetivamente la evidencia contraria a sus creencias, como lo ha demostrado la Psicología. Precisamente, son los científicos quienes deberían estar más conscientes de sus prejuicios y cómo ellos interfieren o pueden interferir, en la búsqueda de la verdad.
b) Otro ejemplo más reciente es el de la científica Barbara McClintock, quien demostró la existencia de genes móviles, pero que en su momento fue rechazada y ridiculizada. En un artículo se comenta: "La idea de la existencia de genes móviles, que McClintock desarrolló después de estudiar decenas de generaciones de maíz híbrido, fue rechazada por absurda y su autora fue condenada al ostracismo durante décadas, hasta que a principios de 1980 las nuevas técnicas de la Biología Molecular demostraron que tenía razón. Recibió el premio Nobel en 1983, cuarenta años más tarde de su crucial descubrimiento, siendo la segunda mujer, tras Marie Curie, que recibió un Nobel de ciencia en solitario".
Es curioso que científicos entrenados para el análisis de temas complejos califiquen de "absurdo" un descubrimiento, que como se demostró después, era verdadero. Esto demuestra que lo verdaderamente absurdo era la actitud de los científicos que rechazaron esa investigación. ¿Por qué los científicos, en vez de precipitarse en calificar de "absurdo" ese trabajo, no suspendieron el juicio mientras investigaban más a fondo el asunto? ¿Por qué apresurarse en emitir veredictos tan categóricos, defendiendo lo falso y evitando que la verdad saliera a la luz? ¿Qué los motivó a oponerse y rechazar tan irracionalmente la verdad creyendo que tenían razón? ¿Dónde quedó la autocrítica, la sensatez, la prudencia y la honestidad intelectual? ¿Cuál cree el lector que es el motivo que indujo a la comunidad científica de ese entonces a atacar la verdad, con retórica y calificativos como "absurdo"? ¿Qué concluye el lector de estos hechos?
Existen muchos ejemplos más, que en la historia de la ciencia demuestran que el prejuicio, el dogmatismo, la soberbia, la falta de autocrítica y los intereses creados pueden servir de poderosos móviles que en el nombre de la ciencia busquen tapar u ocultar importantes descubrimientos científicos potencialmente beneficiosos para la humanidad. Dado que en casi todas las áreas la mediocridad es la regla y la genialidad la excepción, no es de sorprender que tales actitudes existan también entre los científicos. Quizás por esto fue que Einstein dijo: "los grandes espíritus han encontrado siempre una oposición violenta de la mediocridad. La última, no puede entender cómo un hombre no se somete inconscientemente a los prejuicios hereditarios, sino que honestamente y con coraje usa su inteligencia".
2) Es posible también que una hipótesis o teoría falsa o incorrecta sea aceptada por la comunidad científica como verdadera. Un ejemplo de ello lo encontramos en el infeliz caso de Hwang Woo-suk, científico coreano cuyo prestigio y admiración por parte de sus colegas de la comunidad científica se desplomó al descubrirse que había cometido fraude. En una noticia se señala: "si existe algo llamado el "sueño coreano", seguramente estaba personificado en Hwang Woo-suk. En el pico de su popularidad era considerado un héroe nacional. Sus colegas lo catalogaban como un pionero en su campo; los políticos recompensaban sus avances con dinero en efectivo; miles de personas se suscribían a un grupo online de devotos del genio; algunos hasta decían que estaba realizando el trabajo de Dios".
Es interesante notar como sus colegas lo consideraban un pionero en su campo, lo cual facilitaba la aceptación de su trabajo de una forma más acrítica y crédula. Hasta que no se descubrió el fraude, el trabajo de Woo-Suk era aceptado por la comunidad científica con base en una evidencia inventada. ¿Existirán otros casos similares en la actualidad cuyo fraude no haya sido aun descubierto? ¿Es posible que actualmente la comunidad científica acepte hipótesis y teorías que en un futuro se demostrarán como completamente falsas, pero que investigadores científicos pioneros ya lo hayan señalado sin ser escuchados?
Otro ejemplo es el del científico noruego Jon Sudbo, quien falsificó varios estudios sobre el "cáncer". En una noticia se señala: "las autoridades sanitarias noruegas le retiraron las licencias para ejercer de médico y dentista el pasado 21 de noviembre después de que el científico admitiera haber falsificado varios estudios sobre el cáncer oral publicados en las revistas The Lancet, The New England Journal of Medicine y The Journal of Clinical Oncology".
Adviértase que fue el propio científico el que admitió el fraude. Esto es importante enfatizarlo, ya que los revisores de las "prestigiosas revistas" (The Lancet, etc.) no fueron capaces de detectar el error, publicando sus artículos en varias ocasiones en varias revistas. ¿Dónde quedó el rigor de la "revisión por pares"? ¿Por qué publicaron algo fraudulento? ¿Por qué el fraude no fue detectado, sino hasta el momento en que el propio científico lo confiesa? ¿Existirán otros artículos científicos que en la actualidad sean fraudulentos, pero que el fraude no haya sido descubierto o "confesado" todavía?
Depositar una fe ciega y acrítica en las publicaciones científicas confundiendo lo que en ellas aparece con lo "científicamente comprobado" o con la "ciencia verdadera" o como la "última palabra" en materia científica, no solo es una actitud extremadamente ingenua y conservadora, sino que refleja una profunda ignorancia, tanto de la historia de la ciencia como de las debilidades humanas y los intereses no científicos. Por ejemplo: corporativos, económicos o de búsqueda de prestigio personal, que se esconden detrás de muchas actividades científicas.
Las publicaciones y revistas científicas son útiles y necesarias, lo allí expuesto debe ser tomado en cuenta con sentido crítico y sin dogmatismo. Su pretensión de que se publiquen trabajos de calidad es una exigencia razonable y necesaria para depurar la investigación científica de errores, sesgos y mala calidad. Deben ser un instrumento que optimice la investigación científica, no un fin en sí mismo.
Convertirlas en el bastión exclusivo de la verdad, en oráculos cuasi-religiosos de lo que es verdadero o falso en la ciencia, en el último jurado de lo que es científico o no lo es, es una actitud irracional, acrítica y anti-científica. Aún cuando nadie admite expresamente que tiene una fe ciega en las revistas científicas o que sean el máximo tribunal de sus creencias, es fácil comprobar que muchos sí las consideran así con solo dialogar un poco con ellos: sus argumentos siempre se basan, expresa o tácitamente, en que lo único científico es lo que ha sido publicado en una revista científica y no admitirán nunca como válido lo no publicado allí. Ante esto uno se pregunta: ¿creen o no en la autoridad de las revistas científicas como máximo jurado? ¿Sustituyen las revistas científicas a su capacidad de pensar por sí mismos? ¿Es esa la actitud propia e ideal de un científico verdadero? El lector podrá sacar sus conclusiones.
3) Por supuesto, el hecho de que uno o varios científicos sean rechazados, ridiculizados y difamados por sus colegas no prueba necesariamente que sus teorías son correctas. Al fin y al cabo, también hay personas que fueron ridiculizadas y sostenían teorías falsas.
El punto clave en esto es comprender que la verdad o falsedad de una teoría no se determina por el veredicto ni la aceptación de la comunidad científica, ni por el consenso mayoritario, ni por ser ridiculizado o no. La única forma de saber si una teoría científica es correcta o no, es sometiéndola a contrastación empírica, independientemente de si es aceptada o no por la mayoría de científicos en un momento dado.
En concreto, ¿qué evidencia científica existe a favor de las Leyes Biológicas? Es importante comprender que postulan en cada SBS (a nivel psíquico, cerebral y orgánico) un buen número de hechos comprobables. Si la persona tiene en curso 2 o más SBS, la cantidad de hechos comprobables aumenta considerablemente.
Estos hechos comprobables incluyen el tipo de conflicto biológico, la localización exacta del Foco de Hamer en el cerebro, el cambio orgánico según su capa embrionaria, la Epicrisis, etc.
Toda verificación de las Leyes Biológicas tiene por finalidad contrastar si los hechos se cumplen en cada persona. Por este motivo, con 2 o 3 personas tomadas al azar y que cada una tenga varios SBS, se podrían contrastar cientos de los hechos que las Leyes Biológicas predicen que deben estar en cada caso.
Este tipo de investigación se ha llevado a cabo por científicos independientes, algunos de gran prestigio profesional en sus respectivas áreas. Entre ellos se puede mencionar:
1) La investigación llevada a cabo por el equipo del Dr. Georg Birkmayer (en alemán su primer nombre es Jörg), un catedrático de medicina, cancerólogo, químico de prestigio y autor de diversos trabajos científicos, quien en 1988 verificó las Leyes Biológicas en 7 casos tomados al azar, los cuales tenían varios SBS cada uno, encontrándose correctas las Leyes Biológicas en todos los casos.
2) La investigación efectuada por el Dr. Willibald Stangl, presidente de la Asociación de Oficiales Médicos de Austria, probó las Leyes Biológicas en 250 casos tomados al azar. El resultado: 100 % de concordancia con los descubrimientos del Dr. Hamer. Una reciente carta del Dr. Stangl manifiesta algunas reflexiones sobre el Dr. Hamer y las Leyes Biológicas.
3) La investigación realizada en Bélgica en 1990 ante un grupo de médicos.
4) La verificación realizada en 1992 con 24 personas, cada una con 4 o 5 SBS, en la clínica universitaria de Gelsenkirchen, dirigida por el Dr. E. A. Stemmann, quien intentó desarrollar una teoría sobre la neurodermitis y el asma, basada en las Leyes Biológicas y sin hacer referencia alguna al Dr. Hamer.
5) La verificación realizada en la Universidad de Trnava en 1998, en 7 personas, donde se analizaron 20 SBS a la luz de las Leyes Biológicas y se corroboró su veracidad. Esta investigación contó entre sus supervisores al vice-rector representativo de la sección de Investigación, el matemático Dr. Josef Miklosko. Él ha sido observador internacional en diversos asuntos políticos y ex vice-primer ministro de Checoslovaquia.
Se han realizado otras investigaciones más, por diversos grupos médicos a lo largo del mundo.
Si bien estas verificaciones no han sido tomadas en cuenta por la comunidad médica y científica, ellas demuestran que usando el método científico se puede contrastar si se cumplen o no los hechos objetivos y reproducibles que se predicen que deben existir en cada caso. El Dr. Hamer pidió por años que estas investigaciones se lleven a cabo a gran escala y de forma pública. Incluso, invitó a científicos y representantes de sociedades médicas a observar el protocolo de verificación, sin que mostraran interés alguno. Al parecer, la comunidad científica no está dispuesta por el momento a aceptar esa invitación y llevar a cabo la contrastación, lo que permitiría disipar las dudas (a los que las tienen), empíricamente y de una vez por todas, sobre si las Leyes Biológicas son correctas o no.
La búsqueda del conocimiento es responsabilidad de cada persona sin esperar cómoda y arrogantemente a que alguien "me demuestre" tal o cual cosa. Si estamos interesados en buscar la verdad, hagámoslo nosotros mismos y seamos capaces de pensar con mente abierta de forma rigurosa, crítica y honesta con nuestros propios medios y no con base en la autoridad o al consenso mayoritario que predomine.
Tampoco juzguemos como verdadero lo que es meramente "plausible" o "probable", ya que existen cosas probables que son falsas en el caso concreto. No confundamos lo falso con lo "implausible" o lo "improbable", ya que pueden existir cosas que parezcan improbables pero que sean ciertas cuando se examinan en detalle, como se demostró en los ejemplos anteriores donde la comunidad científica calificó de "absurdos" o "ridículos" diversos estudios e investigaciones que eran correctos.
5) "¿Por qué tanta insistencia en que las Leyes Biológicas sean verificadas oficialmente? Hay muchas terapias alternativas, además de la Medicina Oficial y las personas tienen derecho a elegir qué alternativa emplear para recobrar su salud."
Es cierto que cada persona tiene el derecho a emplear tal o cual procedimiento para mantener o recuperar su salud. Este es un derecho básico, que ha sido incluso reconocido legalmente en muchos países. Nadie ha discutido ese derecho o al menos no lo hacemos nosotros. Cuando se insiste en la verificación oficial de las Leyes Biológicas no se hace para cuestionar el derecho de las personas de tratarse con la terapia que ella elija, ni para forzarla autoritariamente a usar una u otra terapia. Las Leyes Biológicas no son una "terapia".
De lo que se trata es de que la comunidad científica lleve a cabo una verificación a gran escala de las Leyes Biológicas, para que se convenza de su veracidad o de su falsedad si la logra refutar experimentalmente. La razón de esto es obvia: con las Leyes Biológicas las personas tienen objetivamente mayores probabilidades para realizar un diagnóstico exacto, un tratamiento eficaz y rigurosamente individualizado. Ante esto, las personas tendrán un elemento de juicio adicional a la hora de decidir en qué apoyarse.
6) "Soy partidario de las Leyes Biológicas y creo que deben ser difundida. ¿Cómo puedo difundirlas y convencer a los demás de su verdad?"
En la mayoría de los casos, es casi imposible convencer a alguien de algo, sobre todo si (por la razón que fuere) es hostil hacia el tema del cual le hablas o si tiene alguna ideología, prejuicio o convicción contraria sobre el tema. Esto vale para cualquier tema que se discuta, especialmente si es controversial o no reconocido mayoritariamente.
La razón de esto es esencialmente psicológica, ya que las personas aceptan de buena gana aquello con lo que están de acuerdo y que confirma o refuerza su punto de vista; pero son hipercríticos y a veces (según su capacidad o incapacidad intelectual, educación, prejuicio, dogmatismo, arrogancia, soberbia) manifiestamente hostiles y agresivos respecto de aquello que es contrario a sus creencias o que las refuten, ya que nadie cree que sus opiniones y creencias más sólidas son equivocadas.
En general, mientras más dogmática y fanática es una persona sobre un tema, más virulenta será su reacción ante informaciones que contradigan sus creencias o puntos de vista. La mayor o menor destreza con que defienda dicho punto de vista dependerá de su habilidad verbal, sus conocimientos, su inteligencia, etc.
Es importante entender y recalcar que esto vale para cualquier persona, sin importar su creencia, ideología o convicción, ya que tiene que ver esencialmente con el funcionamiento de la mente humana. En general, mientras más culta e instruida es una persona, más habilidad tendrá para "racionalizar" o "justificar" su postura al experimentar la disonancia cognitiva, independientemente de si es correcta o incorrecta. De allí que la autocrítica y la reflexión constante sea vital, ya que nos permite identificar y mantener al margen nuestros prejuicios, sesgos y predisposiciones, detectar nuestros errores e intentar corregirlos constantemente.
Lamentablemente, la autocrítica sincera y la búsqueda incondicional de la verdad es muy infrecuente a diferencia de la tendencia a criticar al prójimo y censurar sus errores, que es tan común en casi todas las personas porque no requiere de mucho esfuerzo ni capacidad intelectual, ni es constructiva en sí misma, a la vez que hace ver al crítico como "superior" a la persona criticada... y por ello se imparte con bastante "generosidad" a los demás.
La crítica es importante para detectar errores, fallas y deficiencias, pero no es suficiente si no se complementa con alternativas y propuestas originales que resuelvan el error o falla o solucionen la deficiencia, ya que es en este último aspecto en que muchos "críticos" no aportan nada, porque eso requiere de creatividad, sentido común, sensatez y conocimiento que pocos tienen.
De lo anterior se deduce que el intentar convencer a una persona de algo polemizando con ella, es en la mayoría de los casos completamente inútil y estéril. La mayoría de la gente (sobre todo mientras es más soberbia, arrogante y pedante o cuando se considera a sí misma muy erudita y culta) no participa en un debate para confrontar opiniones, conocer todos los puntos de vista y aprender con humildad de los mejores argumentos ofrecidos sobre el tema; sino que ya tienen una idea preconcebida por falsa que pueda ser, pero que para ella es indiscutiblemente verdadera y participa en el debate con la finalidad de imponer su punto de vista a toda costa, de "ganar" la contienda, de hacer alarde de conocimiento y de refutar a los demás, casi siempre con descalificación incluida. Mientras más se insista en hacerle ver su error, más herida se sentirá en su orgullo propio o en su creencia, fundada o no, de que es un erudito o genio intelectual, siendo más probable que se obstine y radicalice en su posición.
En este sentido, el conocido filósofo Arthur Schopenhauer, en el libro "el arte de insultar", resumió en su característico estilo franco y directo lo que estamos comentando: "la gente, tal y como es por regla general, toma a mal que no se comparta su opinión. (...) De una controversia con ellos, la mayor parte de las veces lo único que sacaremos es una gran irritación, puesto que no solo tendremos que enfrentarnos a su incapacidad intelectual, sino que muy pronto también a su baja estofa moral".
Mejor dicho, imposible.
Ya en el siglo XX, en su libro "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", el conocido autor Dale Carnegie, que era un aficionado a la polémica, según su propia confesión, señaló: "nueve veces de cada diez, cuando termina la discusión, cada uno de los contendientes está más convencido que nunca de que la razón está de su parte. Puede usted tener razón, puede estar en lo cierto cuando discute; pero en cuanto a modificar el criterio del contendiente lo mismo sería que se equivocara usted en los argumentos".
En casos muy raros es posible encontrar interlocutores razonables, no dogmáticos, amplios de mente, a la vez que críticos y autocríticos, cuyo objetivo es también buscar la verdad, en consecuencia están abiertos a la posibilidad de cambiar de opinión, de ser convencidos por buenos argumentos y buenas razones. En estos casos, bastante excepcionales, discutir sobre las Leyes Biológicas o cualquier otro tema es una experiencia bastante enriquecedora, mutuamente fructífera y gratamente estimulante.
Partiendo de los hechos anteriores, la mejor forma de difundir las Leyes Biológicas es darlas a conocer correctamente, ofreciéndole a la persona la mejor información disponible sobre el tema y dejando que ella misma saque sus propias conclusiones. Si su conclusión es positiva o negativa, depende de la evaluación que haga de la información y eso debe ser respetado. La búsqueda de conocimiento es una responsabilidad de cada persona y no puede ser impuesta por nada ni nadie.
En resumen, recomendaría tener en cuenta los siguientes tips para difundir las Leyes Biológicas:
1) Conocer bien sus fundamentos.
2) No actuar como predicador, propagandista ni fanático, sino como alguien que puede ofrecer y compartir desinteresadamente con los demás y con honestidad, rigor y humildad el mejor conocimiento que pueda tener.
3) No intentar convencer tercamente a los demás de que las Leyes Biológicas son correctas, ni involucrarse en polémicas estériles, que lejos de informar, lo que hacen es desacreditarlas más o reforzar los prejuicios que existan sobre ellas o sus seguidores. Ofrecer los hechos relevantes, la información precisa, los mejores argumentos y dejar a la persona que llegue a sus propias conclusiones.
4) Si conoce a algún médico o terapeuta interesado en indagar (con mente abierta) en otras propuestas diferentes a la Medicina Oficial, proporciónele información.
5) Dejar que la persona saque sus propias conclusiones y clarificarles las dudas que le surjan sobre el tema y que usted pueda responder. Si no sabe la respuesta, es mejor que sea sincero y lo diga.
6) Fomente en la persona el sentido crítico y la reflexión; que compare la información con su propia experiencia y la de las personas que ha conocido; que indague por sí mismo y no crea ciegamente en los ataques viscerales de los enemigos de las Leyes Biológicas, pero tampoco en las apologías de sus más acríticos seguidores; que en función de ello y otras consideraciones saque sus conclusiones al respecto. Solo esto le proporcionará los suficientes elementos de juicio para ponderar, en sus justos términos, los méritos de las Leyes Biológicas.
Las Leyes Biológicas no son un dogma, ideología, ni algo que tiene que ser "creído" apelando a la autoridad de nadie. Es una ciencia natural y en consecuencia puede ser contrastada (siempre que se conozca bien y de forma precisa para poderla evaluar en sus justos méritos) tanto por científicos profesionales, como subjetivamente y de forma práctica por cualquier persona al comparar sus propios procesos biológicos con lo establecido en las Leyes Biológicas.
La difusión correcta y a gran escala es algo que está por hacerse.